enfisema pulmonar | ||
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Imagen macroscópica de enfisema bulloso | ||
Especialidad | neumología | |
Síntomas | Dificultad para respirar, tos crónica | |
Causas | Tabaquismo, contaminación del aire, genética. | |
Tratamiento | Rehabilitación pulmonar, oxigenoterapia a largo plazo, reducción del volumen pulmonar. | |
Un enfisema se define, en términos patológicos, por el agrandamiento permanente de los espacios aéreos distales a los bronquiolos terminales, con una destrucción de la pared alveolar, con o sin fibrosis manifiesta.[1][2] Es una enfermedad crónica comprendida, junto con la bronquitis crónica, en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).[3][4] El nombre viene del griego emphysema, que significa ‘soplar el aire’ o ‘insuflar’.[5]
El consumo de cigarrillos es la causa más común del enfisema. Se piensa que en los pulmones existe un equilibrio entre la síntesis y la degradación de elastina, un componente de la pared de los alvéolos fundamental para mantener las propiedades elásticas del pulmón. El enfisema aparece cuando se produce un desequilibrio, bien porque aumenta la capacidad elastolítica o porque disminuye la actividad antielastolítica.[6] Se cree que el humo del tabaco y otros contaminantes provocan la liberación de productos químicos (fundamentalmente oxidantes) que dañan las paredes de los alvéolos. El daño empeora con el paso del tiempo. Las personas que padecen esta enfermedad tienen alvéolos pulmonares que son capaces de llenarse con aire fresco, pero no pueden expulsarlo fácilmente, lo cual afecta el suministro de oxígeno al cuerpo.
Una sustancia que existe naturalmente en los pulmones, llamada alfa 1-antitripsina (AAT), puede proteger contra este daño. La AAT, producida por los hepatocitos, es el inhibidor de proteasa más abundante del suero humano y la principal defensa del pulmón en contra de la elastasa. Las personas con deficiencia de alfa-1-antitripsina presentan mayor riesgo de padecer esta enfermedad.[7]